lunes, 18 de junio de 2012


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psicologia del desarrollo
La psicología del desarrollo comprende el estudio de los factores que conforman la conducta humana, desde el período prenatal hasta la etapa de la vida adulta. El psicólogo del desarrollo puede enfocar su atención en un aspecto específico de problemas, como los que se refieren al desarrollo del pensamiento o a la percepción o puede enfocar su atención en un período específico de la vida, como la niñez o la adolescencia. De esta manera, la psicología de los niños o de los adolescentes forman parte de la rama general de la psicología del desarrollo.


La primera infancia es el período de la vida que va desde el nacimiento hasta los dos años.
Este período, a su vez, se divide en la etapa de recién nacido, desde el nacimiento hasta el mes de vida, y la etapa de lactancia, que va desde ese primer mes hasta el año.

Los objetivos de la psicología del desarrollo son la descripción, la explicación, la predicción y la modificación del comportamiento.
 
  • La descripción permite establecer normas o promedios para el comportamiento a diversas edades. 
  • La explicación hace referencia a las causas del comportamiento.
  •  La predicción trata de hacer un pronóstico sobre el desarrollo posterior. 
  • modificación consiste en intervenir para lograr un desarrollo óptimo de los niños.
 Por ejemplo, en el estudio del lenguaje, se describiría cuándo los niños llegan a ciertos niveles de desarrollo   ( cuándo pronuncian sus primeras palabras); se explicaría cómo adquieren el lenguaje y el mejor modo de utilizarlo y se intentaría predecir si una determinada habilidad en el el uso del lenguaje a cierta edad puede indicar cuál será el desarrollo posterior (por ejemplo, si un retraso en el habla a la edad de dos años, podría predecir problemas de lectura más adelante). Por último, se intervendría para solucionar los diversos problemas de lenguaje (modificación).

En resumen, al estudiar el curso habitual del desarrollo de los niños, se puede predecir el comportamiento futuro. Si estas predicciones indican la posibilidad de problemas en el futuro, se puede tratar de modificar el desarrollo mediante un tratamiento o entrenamiento adecuado

 Etapas del ciclo vital.
 
Las fases de la evolución en el niño 

 
 
El estudio del niño equivale al de las fases de un proceso de desarrollo que lo va a convertir en adulto. El psicólogo suizo J. Piaget ve cada fase como una forma de equilibrio entre el mundo interior y el exterior. Cuando la visión que tiene el niño entra en contradicción con la realidad que le circunda, es decir, cuando el equilibrio se rompe, se da un salto cualitativo en su organización mental y afectiva, y todos sus conocimientos se reorganizan y reestructuran en un nuevo equilibrio. La infancia no sería otra cosa que la sucesión de equilibrios, cada vez más adaptados al mundo en el que el niño deberá insertarse y vivir.

Se ha dividido la infancia, para su estudio, en cuatro períodos: el primero, desde el nacimiento hasta los tres años; el segundo, desde esa edad hasta los seis-siete; el tercero, de seis-siete a once-doce, y, finalmente, la adolescencia, desde la pubertad hasta la edad adulta. Debe entenderse bien, sin embargo, que los límites entre estas etapas cambian en cada caso individual y dependen de toda una variada serie de circunstancias. Condicionamientos fisiológicos, climáticos, geográficos y, sobre todo, determinismos socioeconómicos -y, de ahí, culturales- hacen que cada niño sea un caso diferente y deba ser tratado con arreglo a ello. Una mala alimentación, un defecto en la visión no corregido, una enfermedad mal curada o, en otro sector de cosas, un ambiente familiar poco culturalizado, una disociación familiar (divorcio o situación conflictiva de hecho), una escolarización tardía, breve o nula, son algunos de los muchos factores que pueden influir de una manera decisiva en la rapidez del desarrollo del niño, tanto en el terreno de lo fisiológico, como en el de lo mental (intelectual y afectivo).

 La primera infancia (de 0 a 3 años)

Aunque generalmente no se tenga conciencia de ello -ya que el niño a esa edad no puede expresar lo que piensa o siente de forma comprensible para el adulto-, los primeros años de la infancia presentan un desarrollo mental extraordinario. Esta etapa representa el paso de la percepción de un universo global, en el que el niño distingue entre él mismo y lo demás, a la formación de un «yo» separado de los objetos exteriores. Es un período centrípeto en que todo se asimila al propio cuerpo, y a la construcción de éste como «sujeto» diferente de los objetos.

  La segunda infancia (de 3 a 6-7 años)

La formación del “yo” ha sido el primer paso importante en el desarrollo de la infancia. Sin embargo, entraña una actitud egocéntrica ante el mundo, que no se superará hasta el fin de la segunda infancia. El proceso de adaptación al mundo circundante se acelera, no sólo por el considerable cambio fisiológico que experimenta el niño, sino, sobre todo, por un factor social: el desarrollo del lenguaje.

 La tercera infancia (de 6-7 a 11-12 años)

La tercera infancia comienza con la fase de latencia y dura hasta la pubertad. Todo el período anterior ha consistido en una lenta superación del egocentrismo, hasta desembocar en el dominio de la reversibilidad. Ésta hace posible la aparición de las operaciones racionales y, en el plano afectivo y social, provoca una conciencia de la reciprocidad. El proceso de socialización, que había comenzado con el lenguaje, se acelera ahora con la escolarización del niño.

 La adolescencia (de 12 a 18 años).

Es la época de la vida que marca la transición entre la infancia y el estado adulto. Sus límites varían según una serie de factores, como pueden ser el sexo (doce a dieciocho años por término medio, en ellas; trece a diecinueve en ellos), el tipo individual, la raza, las condiciones geográficas, el medio socioeconómico, etc. Es un período de profundas transformaciones fisiológicas, que se caracteriza a la vez por importantes cambios en las estructuras mentales, por el intento de liquidar el estadio infantil -en un plano afectivo- y, en el social, por los difíciles ensayos de inserción en la sociedad adulta. Algunos autores, como Piaget, señalan dos etapas: la pre-adolescencia -hasta los quince años-y la adolescencia propiamente dicha -a partir de esa edad hasta los dieciocho-. Otros, como Debesse, distinguen un primer período de pubertad, caracterizado eminentemente por el desarrollo fisiológico-sexual, y otro de juventud, cuyo signo primordial sería el de la integración a la sociedad.




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