jueves, 14 de junio de 2012

Ansiedad, miedos y fobias en los niños






Todas las personas, desde los niños(as) hasta los adultos más mayores, experimentan ansiedades y miedos de vez en cuando. Sentirse ansioso en una situación particularmente incómoda nunca es agradable. Sin embargo, cuando se trata de los niños(as), experimentar este tipo de sentimientos es normal y necesario. Sentir y lidiar con la ansiedad puede preparar a las personas más jóvenes a hacer frente a experiencias y situaciones retadoras en la vida.


La ansiedad y el miedo son normales


La definición de la ansiedad es “una aprehensión sin una causa aparente.” Suele ocurrir cuando no existe una amenaza inmediata a la seguridad o el bienestar de una persona, pero sin embargo la amenaza se siente como algo real. La ansiedad hace que una persona quiera escapar de una situación -rápidamente. El corazón late con velocidad, el cuerpo puede que empiece a sudar y pronto la persona sentirá “mariposas” en el estómago. Sin embargo, un poco de ansiedad puede ayudar a las personas a mantenerse alerta y concentradas.


Sentir miedo o tener ansiedad sobre ciertas cosas puede ser positivo porque hace que los niños(as) se comporten de una manera más segura. Por ejemplo, un niño(a) que tenga miedo al fuego evitará jugar con fósforos.
La naturaleza de las ansiedades y de los miedos cambia a medida que los niños(as) crecen y se desarrollan:
Los bebés experimentan ansiedad ante los extraños, abrazando fuertemente a sus padres cuando personas que no reconocen se acercan a ellos.
Los infantes de 10 a 18 meses experimentan ansiedad debido a la separación, sintiéndose emocionalmente disgustados cuando uno o ambos padres se apartan de su lado.


Los niños(as) con edades entre cuatro y seis años de edad sienten ansiedad respecto a las cosas que no se basan en la realidad, como por ejemplo, el miedo a los monstruos y a los fantasmas.
Los niños(as) con edades entre los siete y 12 años generalmente tienen miedos que reflejan circunstancias reales que pueden ocurrirles como por ejemplo, lastimarse o enfrentar desastres naturales.
A medida que los niños(as) crecen, un tipo de miedo puede desaparecer o ser reemplazado por otro. Por ejemplo, un niño(a) que no puede dormir con la luz apagada a los cinco años puede que disfrute un cuento sobre fantasmas años después al asistir a una fiesta. Algunos miedos pueden referirse únicamente a un cierto tipo de estímulo. En otras palabras, un niño(a) puede que quiera acariciar a un león en el zoológico pero ni soñaría con acercarse a acariciar al perro de un vecino. 


Estrategias según la edad: 


4 - 5 años - Contar un cuento inventando algo, un objeto más cercano y conocido por el niño, que sea como una varita mágica para dar seguridad. Ejemplo: en la historia de Dumbo. Le dio más seguridad saber "que para volar solo tenía que llevar la plumita mágica". Así Dumbo perdió el miedo a volar.

6 - 7 años - Acompañar al niño en el miedo. Hacer sentir seguridad. Poner humor y/o juegos. Desmitificar. Ejemplos: juego con linterna en la oscuridad. Si el niño imagina la presencia de brujas y/o monstruos, en su habitación durante la noche, juegue con él durante el día, apagando las luces de la habitación y fingiendo ser un detective, o a un pirata en busca del tesoro. Así, poco a poco su hijo se acostumbrará con la oscuridad. 


8-10 años - A estas edades ya se puede explicar los miedos. Y dar autonomía al niño de cómo resolverlos. El niño tiene que implicarse. Sentirse implicado y quererlo. Sentir que su miedo no tiene sentido. Hay que inducir al niño a que encuentre una solución propia. Opine y que invente una solución. Que esté convencido de que su miedo tiene que acabar.


Aparte de todo eso, si después de intentar quitar los miedos de su hijo y ves que eso lo está perjudicando en sus estudios y en su cotidiano, llévelo a un especialista. Y aún, si después de una consulta a un especialista, y descartado todo tipo de orientación por parte de la psicología, psiquiatría, pediatría, etc., es necesario considerar que existen personas más sensibles que otras. Y que se pueden ver influenciadas por emociones de otros o situaciones que estén en el ambiente de lo paranormal.
Hay que respetar a los miedos de los niños evitando frases como: "Eres tonto por tener miedo. No seas mentiroso. No te creo." Un miedo siempre es verdad y real para el que lo tiene. 
(Katam de Jalab Atamatak - psicóloga).


Los temores infantiles varían según el niño y las situaciones en las que él vive. Pero, por lo general, los miedos son universales. Empiezan alrededor del primer año de vida, y se presentan con mayor incidencia entre los 4 y los 6 años de edad. 
En ese periodo, el niño empieza a tener miedo a los insectos, a los animales, a la oscuridad, a las personas desconocidas, a los fuertes ruidos, a juguetes desconocidos, a los truenos y a las tormentas, a la muerte, etc.

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