SEGURIDAD Y APEGO
EN LA PRIMERA INFANCIA.
La teoría del apego defiende, que al igual que los
animales, los seres humanos nacemos con un repertorio de disposiciones
conductuales propias de la especie que promueve el vínculo afectivo entre el
niño y los cuidadores. Los niños nacen programados para vincularse, también los
adultos están biológicamente programados para responder a las señales del bebé.
Sin embargo esta predisposición biológica no es suficiente, será precisa una
larga experiencia de interacción y el desarrollo de capacidades cognitivas y
afectivas para que el niño pueda reconocer y diferenciar a las figuras de
apego.
Es alrededor del octavo mes cuando las figuras de
apego se centran en una figura específica.
Por otro lado, el dolor, la angustia y tristeza
acompaña a las experiencias de separación y pérdida de la figura de apego. La
ansiedad ante la separación será la prueba de que el niño ha establecido los
vínculos. Pero no todos los niños muestran los mismos grados de angustia ante
la separación.
A partir de este momento se modificará la relación
del niño con el mundo externo. Las figuras de apego serán una base de seguridad
a partir de las cuales el niño inicia la exploración exterior. La presencia y
accesibilidad de las figuras de apego activará las conductas exploratorias; su
ausencia inhibirá esas conductas.
Una vez establecido el apego, el niño, cambiará su
relación con los desconocidos. Aparecerán reacciones de miedo, rechazo... El
niño activará el miedo si el encuentro es valorado como una amenaza.
El
tipo de acercamiento del extraño: cuando el extraño controla el encuentro, cuando el
adulto se acerca directamente, lo coge,... la respuesta de miedo es mayor.
Si el adulto se deja controlar por el niño,
permanece a una cierta distancia pero responde e intenta promover un
acercamiento mediante el juego apenas aparecerán respuestas de temor y pueden
exhibir conductas amistosas. En un mismo encuentro se pueden activar
secuencialmente el temor y la afiliación.
Las interacciones interpersonales constituyen una
parte importantísima en el desarrollo afectivo y comunicativo del niño, al que
hay que considerar como socialmente activo, que a la vez, interviene y recibe
intervenciones de otros.
Las múltiples y cotidianas interacciones entre el
niño y las personas adultas próximas van a provocar el establecimiento de una
relación especial denominada apego (vínculo afectivo), que tendrá amplias
repercusiones en el desarrollo cognitivo, social y afectivo del niño.
Concepto de apego:
Relación especial que un niño establece con un
número reducido de personas, un lazo afectivo que les impulsa a buscar la
proximidad y el contacto con ellas a lo largo del tiempo. El apego es una tendencia innata, una
conducta heredada por nuestra especie por su valor adaptativo y de
supervivencia. El apego, principalmente, responde a una de las necesidades
humanas más fundamentales, la necesidad de sentirse seguro; una base de
seguridad para que el niño explore el mundo físico y social y encuentre un
refugio en el que confortarse en situaciones de ansiedad, tristeza o temor. La
necesidad afectiva es la necesidad psicológica más importante de toda la vida.
ü Sistema de conductas de apego: sirve para mantener
la proximidad con las figuras de apego, sonrisas, llanto... Se activan cuando
la figura se distancia o hay señales de amenaza.
ü Sistema de exploración: cuando se activan
las conductas de apego disminuye la exploración.
ü Sistema de miedo a los extraños: supone la
disminución de conductas de exploración y aumento de las de apego cuando el
extraño aparece.
ü Sistema afiliativo: presente desde que el niño nace. Se refiere al
interés que muestra el niño por interactuar con los otros, incluso extraños.
ü Predictores de la conducta de apego: factores
situacionales y personales.
El objetivo del sistema es conseguir la proximidad
de la figura de apego. Pero tenemos que diferenciar dos componentes de ese
estado de seguridad:
- Seguridad como un hecho ambiental.
- Seguridad como un estado emocional.
La seguridad será
una variable subjetiva y dependerá:
- Distancia de la figura de apego.
- Calidad de la relación.
Factores
situacionales:
El factor será la presencia y localización de la
madre. El niño necesita conocer su accesibilidad o disponibilidad emocional.
Cuando la figura de apego está presente pero no disponible, los niños apenas se
alejan para explorar.
Los mensajes verbales y afectivos sobre la
situación intervienen en la evaluación infantil de la misma.
El niño buscará información en las personas para
dar sentido a una información que percibe incierta o ambigua. La figura de
apego es una base de seguridad y base de información.
Factores
personales:
Existen algunas variables que influirán en la
valoración que el niño hace de una situación, pero el factor personal con mayor
poder de determinación es el modelo interno de la figura de apego.
La formulación del modelo interno implica una
interdependencia entre el modelo interno de la figura de apego y el modelo de
sí mismo.
Este modelo permitirá al niño predecir lo que va a
suceder en une situación familiar.
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